• Juegos canarios tradicionales, autóctonos y perdidos

    LANZAMIENTO CON HONDA.


    Si bien son muchas las alusiones a la habilidad de los aborígenes para el lanzamiento de piedras, existe una laguna importante a la hora de conocer si llegaron a utilizar algún instrumento similar a la honda para hacer más efectivos sus lanzamientos. Si bien Antonio de Viana las cita como armas utilizadas en la batalla de Acentejo “solícitos de abajo les arrojan piedras las hondas, y las manos dardos;” (Conquista de Tenerife, tomo II PAG.220), s.Berthelot y Barker-Webb en su “Etnografía” (168): Lo deja en el aire al afirmar. Las piedras eran su primer medio de ataque y su principal recurso mientras duraba la acción, bien sea que las arrojasen desde luego con las hondas, como lo pretende Viana, o bien que no empleasen sino la fuerza de su brazo, fiándose en su habilidad.

    En reseñas modernas, el tema también sale a relucir y, si bien, quizá no se puede hablar propiamente de hondas, sí parece que los aborígenes se sirvieron de algún tipo de arma en la que se utilizan piedras amarradas a algún tipo de cuerda, tejido o tira de cuero. Este es el caso de las “Noticias sobre momias recogidos por Chil y Naranjo en la exploración realizada en el Barranco de Guayadeque en 1869” y que figura en una de las salas de “El Museo Canario”, obtenidas por el fundador de dicho museo en una conversación con un viejecito de unos 76 a 80 años de la que entresacamos: “... Que quizás más antes se había sacado gran número de zurrones de todos tamaños, garrotes de todas clases amarrados con cintas de cuero y piedras amarradas en sus extremidades y varias mazas, piedras redondas y pulimentadas”.

    Cuscoy, en su obra “Armas de los Primitivos Canarios”, habla de esas piedras redondas:
    Nos referimos seguidamente a un tipo de armas de piedra para la que no se encuentra ninguna cita. Hoy es conocida gracias a los últimos descubrimientos arqueológicos realizados en Tenerife. Se trata de esferoides de piedra cuidadosamente pulimentados, algunos de ellos con arista viva. Estos esferoides aparecen, lo mismo, en el estrato arqueológico de las cuevas de habitación como formando parte del ajuar funerario en las cuevas sepulcrales e incluso en hallazgos de superficie. Podrían emplearse como boleadoras, enfundadas en piel y sujetas a una larga tira de lo mismo. Pero podían hacer igualmente de temible maza si eran empleadas con tal fin. Se comprenderá que piezas tan cuidadosamente trabajadas no iban a usarse para el tiro, ya que ello significaría la perdida de la bola disparada. Para esto podía servir una piedra cualquiera, aunque previamente seleccionada para dicho uso. Lo ha demostrado el ajuar de una necrópolis de montaña, donde al lado de un esferoide de piedra se encontraron pequeñas bombas volcánicas...” y presenta los dibujos de las mismas de las cuales también hay varios ejemplares en el citado Museo Canario.

    Siguiendo con el tema, el mismo autor, en “Los Guanches”, encuentra una pista, como expone al referirse a “... que sólo se da en las islas, incluso en Tenerife. En los ángulos inferiores de la capa cosían una piedra o “tenique”. Podía servir para mantener caída la manta y que el viento no la levantara. Pero también se emplearon esas piedras metidas dentro de un doblez, como armas, para golpear. Esto nos pone sobre aviso con relación a os esferoides de piedras, que hemos encontrado en las zonas pastoriles. Son piedras muy bien acabadas, incluso con arista viva, para admitir que estuvieran destinadas a dispararlas con honda. Con honda - continúa en esta importante descripción - se lanza la piedra que viene a mano, pero no se redondea y pule para perderla al primer tiro.

    Creemos que tales esferoides se emplearon forrados con una piel, sujetos a una correa, de esta forma el guanche estaba en posesión de un arma temible, de una verdadera maza cuyo radio de castigo se podía alargar o reducir según la longitud de la correa.”.
    Concluye, al aludir a las piedras y correas que se han hallado, que: “... Gracias a esta supervivencia - la del “tenique” cosido a la manta - hemos podido hallar una explicación lógica al uso de los esferoides de piedra.”

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